l tiempo se detiene en el Tour, que vive la jornada de descanso, pero la actividad sigue. Nairo Quintana reorganiza su maleta, corre 60 kilómetros, pone a prueba su cuerpo, que por ahora ha respondido de maravilla, y dice a Efe que su ambición de subir por cuarta vez al podio de París es ahora más fuerte tras haber superado las trampas de la primera semana. Nairo sonríe más que nunca.
Se ve diferente, a sus 32 años, convertido en el veterano de un pelotón de veinteañeros que, liderados por el esloveno Tadej Pogacar, copan todos los titulares.
Pero, a diferencia de otras temporadas, cuando su nombre copaba los titulares, Quintana se siente ahora “más sereno”, aunque asegura que “la tensión va por dentro”, pero lo afronta de manera diferente. “Ahora disfruto del Tour”, asegura el colombiano, décimo de la general a 2.13 del líder.